Bihotza

Podría escribir las palabras más tristes esta noche, 

decir que me dejaste de querer,

que nunca lo has hecho. 

Podría romperme en pedazos y pensar, 

quizá, que el tiempo se detiene así, 

que un día formas parte de la vida de alguien

y que con el tiempo ya no.

Lo que está no siempre permanece y que en esa parte siempre lloro yo. 

Que este corazón ya no me funciona

y la paradoja está en que tú acabaste siendo la anilla

 de la granada que acabé siendo yo.

Aunque supongo que nuestra forma de destruirnos 

decía más que nuestra forma de querernos, 

pero hubo un tiempo en el que hablabas de frío sin haberme besado aún.

Y tú mismo sabes que jamás habrá unas manos que me tranquilicen como las tuyas,

pero también que ya nunca volveré a ser o sentirme eterna, 

porque cuando nos rompen el corazón dejamos de serlo.

Amor, yo ya no quiero mis ojos si no te puedo ver, 

y no estás aquí, no así, no como antes

No hay abrazos suficientes para quitarme el frío,

ni yo tengo ya suficiente aliento para escribirte en vaho 

que mi vida estaba a tu nombre y que en cierta parte, 

siempre lo estará. 

Finalmente me convertí en mi peor pesadilla, 

soy la chica triste con el corazón roto. 

Ay mi vida, te pasaría a buscar y haría que todo volviera a estar bien, 

pero ambos sabemos que si no se cuidar algo, nunca lo podré tener. 

Por último decirte que ya no hay en el mundo una chica más miedosa que yo, 

porque despedirme de ti con los ojos cerrados 

me pareció la forma 

más bonita 

de tener miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario